La épica pop de Laika Perra Rusa
⚡ Santiago Gustavino
📷 Ferr Medina

El viernes en Guajira, ni bien entrabas, ya se respiraban las ganas de estar y bailar, de escuchar a Laika y poner en movimiento el cuerpo y la mente. La previa con la musicalización de Cam Sagasti, y luego la presentación contundente y con mucha fuerza de Diosque, dejó preperada y lista la escena. El intervalo previo, el patio, les amigues y las charlas de sueños esperando a que comience el show.


Y sucede lo que fuimos a disfrutar: Laika Perra Rusa sube al escenario, la gente apura el paso al centro de la pista y allí, sin mediar palabra, le dan play al set que arrancó con <Fusilado> y siguió con <El cuerpo firme de las bailarinas> haciendo casi de inmediato mover las piernas, brazos y cuerpos que entre medio del glitter, hacían correr un disfrute colectivo que fluía sin trabas.

El show de casi dos horas, fue de una intensidad constante con momentos de calma exactos y puntos altos, como cuando sonó <Y lo que nos rodea> con una genial Sofía Culleres como invitada.

Se vibró con una batería precisa en su tempo, y siempre con la energia al tope, junto con una banda entregada con un gran profesionalismo que se vio desde la puesta, el sonido y la fuerza de las canciones como <50000000> que funcionó de cierre a modo de hit y sacudida sobre los tiempos que vivimos sin dejar de bailar.

Es que a este cronista le da la sensación que esta banda te propone incomodar y cuestionar mientras que a su vez no deja de proponer el baile como espacio de disfrute y resistencia en tiempos oscuros.

Laika, como lo hizo notar el amigo Teo Palvi, expresa un concepto abarcador que incluye no solo a les musiques, sino también a un verdadero proyecto audiovisual con una dialéctica de baile y trinchera política. Donde el pop, esta épica del pop, se convierte en una herramienta más que un fin.
