Ningún tiempo por moderno fue mejor

05.06.2019

Por Fran Salvarezza 
📷 Gentileza de Mostruo 

La banda platense Mostruo acaba de sacar su quinto long play y sigue con su gira de presentaciones en la ciudad. Esta vez la cita será el sábado 8 de junio después de la medianoche en el ya mítico Pura Vida Bar. Con esta excusa decidimos reseñar su flamante disco y estas son algunas impresiones.

"Soy sólo un animal, tratando de sentirse bien, mirando la noche pasar, luchando contra la extinción" canta un reflexivo Lucas Finocchi en el tema Permanecer que abre Moderno -quinto larga duración de la banda platense- mientras su voz profunda y melancólica se desliza sobre un machaque de guitarras poperas que nos recuerda a los Paralamas Do Suceso, esos brasileros noventosos que sonaban en todas las radios del país -y para los que tenemos más de 30, un faro del pop-rock latinoamericano-. Una sola pasada de principio a fin nos devuelve la certeza: Mostruo lo hizo de nuevo.

Moderno es un trabajo vertiginoso, con riffs rockeros y poderosos que se conjugan con momentos psicodélicos altamente trabajados desde las guitarras, la percusión y los sintetizadores en la mejor tradición bitleana -mágica ejecución de Luciano Mutinelli en la batería del tema Hierro, con reminiscencias a la de Ringo en Tomorrow Never Knows-, algo en lo que ya habían empezado a incursionar en Profunda Desorganización. Y si bien este disco se distancia del anterior, sobre todo en la necesidad de ser más urgentes, concretos y por momentos alegres y esperanzadores -no ya "divertidos" como en sus primeros trabajos, en donde parecían burlarse de la impostura rocker de la escena nacional-, hay una profundización de los materiales sonoros que nos hicieron ubicar a la banda en la línea más noble de eso que llamamos "Rock Nacional" junto con bandas legendarias como Manal o Almendra; ese "no sé qué" poético y musical que nos hace reconocer una línea histórica cuando la tenemos frente a nosotrxs, y este es el caso.

En el imaginario lírico de Finocchi las cosas se están derrumbando ahora, ya mismo. Nada parece seguro y no hay muchas certezas a las que aferrarse salvo la tranquilidad de ser uno mismo, sincero con nuestras emociones, para tal vez así, permanecer. Pero como Mostruo es una banda de doble comando, es decir dos compositores, rápidamente nos encontramos con la voz soulera de Kubilai Medina que de la mano de sus riffs nos escupe en la cara -o en el corazón- la posibilidad de que el amor sea un refugio donde resguardarse de los males del mundo, pero también un lugar que se puede transformar en algo caótico si es amenazado por las circunstancias del afuera: la vida misma. Sin dudas estamos ante la presencia de un Kubilai ordenado por el amor, que ha encontrado cierta paz pero que al observar su presente no puede dejar de preguntarse "¿Por qué me queres? ¿por qué?". Y este contrapunto compositivo que a primera vista -o escucha- podría resultar chocante, en Mostruo son dos polos opuestos que se equilibran mutuamente generando una síntesis armoniosa.

La producción de Moderno estuvo cargo de Juan Ravioli, ese muchacho alto y desgarbado que conocimos primero en su etapa cancionero solista de composiciones bellísimas y luego como tecladista de Pez. Su sabiduría y experiencia quizás se note no tanto en la arquitectura de las canciones sino en la capacidad de generar colchones de sonido -los teclados y sintetizadores han ido ganando terreno disco a disco en la carrera de la banda- que sostienen y le dan cuerpo a las canciones, eso que sólo se percibe cuando ponemos el oído a escuchar detrás de la fachada de la obra, algo que Juan sabe construir de maravilla.
Y conforme uno avanza en la escucha los colores van mutando, en el mundo Mostruo conviven perfectamente un funk de los setenta con una balada rockera, o un riff de blues oscuro con una base punk rock.

Por el lado del arte de tapa, otra vez han confiado en las ilustraciones de Juan Soto con quien ya vienen trabajando hace años y que esta vez nos regala la imagen de un cocinero en su puesto de trabajo, cuchilla en mano y diseccionando a una persona para meterla en el horno. Y tal vez Moderno sea eso, partes diferentes de ellos mismos, algo que a primera escucha se nos presenta fraccionado, pero que al finalizar la cocción sabemos que el resultado será algo exquisito. Los Mostruo hoy saben que no necesitan de una estética sobreproducida ni de clichés sonoros para parecer modernos; lo son a fuerza de buscar constantemente el cambio sin perder de vista las raíces, aquello que los hizo elegir el rock como bandera.

Twitter: @FranSalvarezza

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